Sistemas nerviosos de Anélidos, Artrópodos y Vertebrados

Las lombrices de tierra y las sanguijuelas, ambas pertenecientes al grupo de los Anélidos, son invertebrados que se caracterizan por tener cuerpos alargados y segmentados. En estos animales, al igual que en los Platelmintos, el sistema nervioso se organiza en ganglios cefálicos y cordones nerviosos longitudinales. Sin embargo, su estructura es un poco más compleja, debido a que en cada segmento del cuerpo se observa un par de ganglios a partir de los cuales se prolongan nervios laterales que forman un cordón nervioso ventral.



En los artrópodos, tales como los arácnidos, los crustáceos y los insectos, los ganglios cefálicos forman un órgano de mayor tamaño y con regiones funcionales específicas; este órgano se denomina cerebro. Ciertos segmentos del cuerpo poseen ganglios a partir de los cuales nacen nervios laterales conectados con las estructuras motoras del animal, como, por ejemplo, los músculos de las patas. Los nervios que se proyectan desde el cerebro se conectan con estructuras sensitivas como las antenas y los ojos.

Los animales vertebrados, como los peces, los anfibios, los reptiles, las aves y los mamíferos, tienen un sistema nervioso encefálico formado por un cordón nervioso dorsal cuyo extremo anterior es el encéfalo, el cual se encuentra protegido por los huesos del cráneo. El encéfalo se continúa en la médula espinal encerrada dentro de la columna vertebral. El encéfalo y la médula espinal se encargan de centralizar el control nervioso de todo el cuerpo. Por el resto del cuerpo se extiende una red nerviosa encargada de conducir señales sensitivas y motoras al centro de control del sistema nervioso.







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